Myself Two Seconds to Cry es un cortometraje de 2025 en pelisplus creado por Erik Sutch que se centra en la impermanencia del mundo digital y la importancia de las relaciones perdidas. Cómo se borra la presencia de los jóvenes en el mundo digital: sus canciones, álbumes de fotos y diarios públicos se borran, mientras que el aviso oficial de defunción permanece.
Sutch emplea una técnica de doble cámara para revivir las relaciones perdidas en términos del pasado y el presente, y documentar los lugares relacionados con los recuerdos.
Aspecto
Detalles
Título
Myself, Two Seconds to Cry
Director
Erik Sutch
Guion
Erik Sutch
Productor
John Scharbach
Género
Cortometraje, Drama
Idioma
Inglés
Duración
16 minutos
País de Origen
Estados Unidos
Presupuesto
$260 (estimado)
Fecha de Estreno
15 de marzo de 2025
Proyección
3 de abril de 2025 en el Festival de Cine de la Ciudad Capital
Sinopsis
La trama de la película se centra en la vida del director y en la pérdida de amigos que compartieron sus videos en línea antes de morir. A medida que se eliminan las canciones y se borran las fotos, su realidad se limita a los avisos funerarios habituales. Sutch regresa a lugares asociados con estas personas y utiliza dos cámaras para comparar recuerdos del pasado con el presente, recreando así el espíritu de unión.
Temas
La trama de la película plantea la cuestión de la impermanencia de los recuerdos digitales y el anhelo de inmortalidad de las personas. Se plantea la cuestión de la perdurabilidad del contenido digital y cómo la memoria de las personas fallecidas se ve afectada por la eliminación de sus rastros digitales.
A través del uso de los recuerdos y la diferencia temporal, la película pone en perspectiva la importancia del mundo físico para la retención de la memoria.
Dirección y fotografía
Myself Two Seconds to Cry ha sido dirigida por Erik Sutch y presenta un enfoque tanto personal como experimental. Esto se debe a que emplea dos cámaras para crear contrastes que conectan el pasado y el presente, temas principales de la película. Al superponer imágenes propias sobre imágenes actuales de las mismas áreas, logra que el público sienta los efectos del tiempo.
En este aspecto, la fotografía es bastante limitada, pero ayuda a generar una poderosa emoción en el espectador. La película presenta imágenes muy distintivas, donde los personajes se ven en entornos vacíos, que alguna vez estuvieron llenos de vida y gente. Esta técnica contribuye a la atmósfera reflexiva de la película e invita al espectador a reflexionar sobre sus propios recuerdos relacionados con el concepto de pérdida.
Música y Diseño de Sonido
La banda sonora de la película es discreta, pero realista y conmovedora. En lugar de una banda sonora convencional, Myself Two Seconds to Cry utiliza sonidos grabados de los lugares que se revisitan: bocinazos a lo lejos, el viento soplando entre los árboles, voces apagadas que una vez llenaron esos espacios. Este enfoque naturalista realza la representación de los temas de la memoria y la ausencia en la película.
Además, la película incluye archivos de música subidos por amigos de Sutch que ya no están vivos, y estos archivos no están disponibles en las redes sociales. Estos sonidos perdidos enriquecen la película hasta el punto de que el público puede sentir la gravedad de la pérdida digital.
Conclusión
Myself Two Seconds to Cry es un drama existencialista y conmovedor en el que el espectador tiene la oportunidad de ver cómo la sociedad llora a sus seres queridos perdidos, cuando los recuerdos pueden borrarse en segundos. Utilizando elementos autobiográficos, un trabajo de cámara estilizado y sonido, Erik Sutch ha creado una película que se centra más en la reminiscencia que en el duelo.
En lugar de presentar un mensaje claro, la película invita a la reflexión sobre la actitud del espectador hacia los restos digitales. Esta pregunta cobra especial relevancia en el contexto de los recuerdos y la forma en que transmiten sus experiencias a las siguientes generaciones. Esto indica si un lugar físico puede retener un recuerdo con mayor eficacia que una publicación en redes sociales. Con estas preguntas, Myself Two Seconds to Cry se convierte en la película perfecta para la era digital actual y permanece grabada en la memoria tras cada escena.